Que es el CIIE?

QUE ES EL CIIE?

El CIIE (Centro de Capacitación, Información e Investigación Educativa) es un organismo descentralizado destinado al desarrollo de ofertas de formación docente continua, que articulan la administración de la Biblioteca Pedagógica Distrital, el relevamiento de documentación y la sistematización de experiencias educativas e investigación con las dependencias de la Administración Central con responsabilidades específicas al respecto (art. 96 de la Ley de Educación Provincial 13688/07).

Nuestra institución depende de la Subsecretaría de Educación y proyectos Especiales , Dirección de Capacitación Docente Continua.

Entre sus funciones se destacan:

- Desarrollar acciones y proyectos de capacitación, innovación, asesoramiento y actualización de docentes, con el Equipo Técnico Regional, interactuando con otros CIIES, con el Nivel Central de Capacitación y Coordinación de la Provincia de Buenos Aires.

- Difusión cultural, a partir de los servicios de biblioteca, documentación e información a docentes.

- Divulgar información local, y participar en actividades locales y regionales relacionadas a nuestra actividad (Ej. Feria del Libro)

miércoles, 23 de marzo de 2011

24 de Marzo: Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia

1976 - 24 de marzo - 2011

"Pasmada de terror, atribulada por la fatalidad de su destino, Visitación reconoció en esos ojos los síntomas de la enfermedad cuya amenaza los había obligado a ella y a su hermano, a desterrarse para siempre de un reino milenario en el cual eran príncipes. Era la peste del insomnio...
Nadie entendió la alarma de Visitación. ‘Si no volvemos a dormir, mejor’ decía José Arcadio Buendía, de buen humor. ‘Así nos rendirá más la vida’. Pero la india les explicó que lo más temible de la enfermedad del insomnio no era la imposibilidad de dormir, pues el cuerpo no sentía cansancio alguno, sino su inexorable evolución hacia una manifestación más crítica: el olvido.
Quería decir que cuando el enfermo se acostumbraba a su estado de vigilia, empezaban a borrarse de su memoria los recuerdos de la infancia, luego el nombre y la noción de las cosas, y por último la identidad de las personas y aún la conciencia del propio ser hasta hundirse en una especie de idiotez sin pasado.
Al cabo de varias semanas, cuando el terror de Visitación parecía aplacado, José Arcadio Buendía se encontró una noche dando vueltas en la cama sin poder dormir. No se alarmaron hasta el tercer día, cuando a la hora de acostarse se sintieron sin sueño, y cayeron en la cuenta de que llevaban más de cincuenta horas sin dormir.
Habían contraído en efecto la enfermedad del insomnio.
Mientras tanto los animalitos de caramelo fabricados en la casa seguían siendo vendidos en el pueblo. Niños y adultos chupaban encantados los deliciosos gallitos verdes del insomnio, los exquisitos peces rosados del insomnio y los tiernos caballitos amarillos del insomnio, de modo que el alba del lunes sorprendió despierto a todo el pueblo.
Cuando José Arcadio Buendía se dio cuenta de que la peste había invadido el pueblo, reunió a los jefes de familia para explicarles lo que sabía sobre la enfermedad del insomnio, y se acordaron medidas para impedir que el flagelo se propagara a otras poblaciones de la ciénaga. Fue así como se quitaron a los chivos las campanitas que los árabes cambiaban por guacamayas, y se pusieron a la entrada del pueblo a disposición de quienes desatendían los consejos y súplicas de los centinelas e insistían en visitar la población. Todos los forasteros que por aquel tiempo recorrían las calles de Macondo tenían que hacer sonar su campanita para que los enfermos supieran que estaba sano.
Tan eficaz fue la cuarentena, que llegó el día en que la situación de emergencia se tuvo por cosa natural, y se organizó la vida de tal modo que el trabajo recobró su ritmo y nadie volvió a preocuparse por la inútil costumbre de dormir.
En la entrada del camino de la ciénaga se había puesto un anuncio que decía ‘Macondo’ y otro más grande en la calle central que decía ‘Dios existe’. En todas las casa se habían escrito claves para memorizar los objetos y los sentimientos. Pero el sistema exigía tanta vigilancia y tanta fortaleza moral que muchos sucumbieron al hechizo de una realidad imaginaria, inventada por ellos mismos, que les resultaba menos práctica pero más reconfortante...
Apareció por el camino de la ciénaga un anciano estrafalario con la campanita triste de los durmientes. Fue directo a la casa de José Arcadio Buendía.
Visitación no lo conoció al abrirle la puerta, y pensó que llevaba el propósito de vender algo, ignorante de que nada podía venderse en un pueblo que se hundía sin remedio en el tremedal del olvido. Aunque su voz estaba también cuarteada por la incertidumbre y sus manos parecían dudar de la existencia de las cosas, era evidente que venía del mundo donde todavía los hombres podían dormir y recordar. José Arcadio Buendía lo encontró sentado en la sala. Lo saludó con amplias muestras de afecto, temiendo haberlo conocido en otro tiempo y ahora no recordarlo. Pero el visitante advirtió su falsedad. Se sintió olvidado, no con el olvido remediable del corazón, sino con otro olvido más cruel e irrevocable que él conocía muy bien, porque era el olvido de la muerte.”

(Extracto de ‘Cien años de soledad’ de Gabriel García Márquez)

A 35 años

30 mil detenid@s desaparecid@s PRESENTES

AHORA Y SIEMPRE

MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA SIEMPRE

Tenemos 30 mil razones para no olvidar,
30 mil razones para no perdonar,    
30 mil razones para no reconciliar,
30 mil razones para no negociar,
30 mil razones para escrachar,
30 mil razones para buscar justicia,
30 mil razones para luchar,
30 mil razones para combatir,
30 mil razones para resistir,
30 mil razones para caminar haciendo sonar bien fuerte, para que todos la escuchen, la campanita de los durmientes, el dulce sonido que identifica a los que recuerdan

                                                                 Rocio Soledad Rodriguez
                                                                    Docente de MORENO

En Memoria a las Madres de la Plaza de Mayo por su lucha!

La Memoria - León Gieco

DIA INTERNACIONAL DEL TEATRO

Gracias a una iniciativa de la UNESCO se creó este día en 1961, por el Instituto Internacional del Teatro (ITI), organización internacional no gubernamental en el dominio de las artes escénicas.
Tras el cruento conflicto desatado por gobernantes, políticos, economistas y militares, los hombres de teatro manifestaban su esperanza –y su confianza- de que el arte escénico estableciera lazos permanentes de solidaridad y comprensión entre los países. Así, en 1948, nace el Instituto Internacional, y en 1961, en el noveno congreso del ITI, en Viena, un delegado de Finlandia propone la creación del Día Mundial del Teatro.
Se fija el 23 de marzo porque era el día en que se inauguraba en París el festival "Teatro de las Naciones, ITI, UNESCO" que reúne a representantes de todos los países del mundo.
Desde 1962, una personalidad del mundo del teatro o una figura conocida por sus cualidades de corazón y espíritu sea invitada a escribir el Mensaje Internacional, traducido a 20 idiomas, leído delante de decenas de millares de espectadores del mundo entero y difundido por los medios de comunicación de los cinco continentes.

MENSAJE del DIA MUNDIAL del TEATRO 2011

La reunión de hoy es un reflejo fiel del inmenso potencial que tiene el teatro para movilizar comunidades y sortear las diferencias.
¿Han imaginado alguna vez que el teatro podría ser una potente herramienta para la paz y la reconciliación? Mientras las naciones consumen sumas colosales de dinero en misiones para la paz en áreas del mundo en violento conflicto, se le presta poca atención al teatro como alternativa individualizada para la transformación y el manejo de conflictos. ¿Cómo pueden los ciudadanos de la madre Tierra lograr paz universal cuando los instrumentos que se emplean para ello vienen de poderes externos y aparentemente represores?
El teatro permea sutilmente el alma humana amenazada por el miedo y la sospecha, alterando la imagen que tienen de ellos mismos y abriendo un mundo de alternativas para el individuo y por consiguiente para la comunidad. Puede dar significado a realidades diarias mientras previene un futuro incierto. Puede tomar parte de la política en formas simples, directas. Al ser inclusivo, el teatro puede presentar experiencias capaces de trascender preconceptos erróneos.
Además, el teatro es un medio probado para abogar e introducir ideas que sostenemos colectivamente, y por las que deseamos luchar cuando son violadas.
Anticipando un futuro pacífico, debemos comenzar por usar medios pacíficos que busquen entender, respetar y reconocer las contribuciones de cada ser humano en el proceso de conducir a la paz. El teatro es ese lenguaje universal por el que podemos enviar mensajes de paz y reconciliación.
Involucrando activamente a los participantes, el teatro puede hacer que muchas almas construyan preconceptos y, de esta manera, da al individuo la oportunidad de renacer para hacer elecciones basadas en conocimientos y realidades redescubiertas. Para que el teatro prospere entre otras formas del arte, debemos dar un enérgico paso adelante para incorporarlo a la vida cotidiana, tratando temas apremiantes de conflicto y paz.
Buscando la transformación social y la reforma de comunidades, el teatro ya existe en áreas devastadas por la guerra y entre pueblos que sufren pobreza o enfermedad crónica. Hay un número creciente de historias de éxito donde el teatro ha logrado movilizar audiencias para construir conciencia y ayudar a víctimas de traumas de post-guerra. Plataformas culturales como el Instituto Internacional del Teatro, que apunta a "consolidar la paz y la amistad entre las gentes" ya tienen existencia.
Es entonces una farsa mantenerse en silencio en tiempos como los nuestros, conociendo el poder del teatro, y dejar que portadores de armas y disparadores de bombas sean los guardianes de la paz de nuestro mundo. ¿Cómo pueden herramientas de alienación ser también instrumentos de paz y reconciliación?
Los conmino en este Día Mundial del Teatro a pensar en esta perspectiva y a adelantar el teatro como una herramienta universal para el diálogo, la transformación social y la reforma. Mientras las Naciones Unidas gasta sumas colosales en misiones de paz en todo el mundo con el uso de armas, el teatro es una alternativa espontánea, humana, menos costosa y mucho más poderosa.
Puede que no sea la única respuesta para traer paz, pero el teatro debe seguramente ser incorporado como una herramienta efectiva en misiones de paz.
                                                                 - Jessica A. Kaahwa –
                                                              Traducción: Diana Melamet

Catita en la escuela

Teatro Argentino : Alejandro URDAPILLETA / Camara Hugo Viggiano

martes, 22 de marzo de 2011

DIA MUNDIAL DEL AGUA

Recurso escaso y preciado en algunos lugares, abundante y desaprovechado en otros…Sin explicación aparente de la causa, pues el mundo es el mismo para ellos y para nosotros. El agua es vida en todos lugares, pero muerte en algunos. Por ello es importante recordar, que la falta de agua potable mata en el mundo a miles de personas diariamente. Las realidades son diferentes en cada lugar, pero el impacto será para todos igual en todos los lugares.
Es fundamental para nuestra supervivencia y la de todo el planeta un desarrollo de los recursos hídricos adecuado, que se despegue de malos hábitos de usos y abusos.
Evitemos ser destructivos con las cosas que nos hacen bien, el 22 de Marzo, día mundial del agua, es un llamado a la solidaridad con uno mismo y con el resto del mundo y es un llamado URGENTE.
                                                                             Verónica Andaur
                                                                           Docente de Moreno

S.O.S AGUA

El 22 de marzo de 2011, Día Mundial del Agua, la ONG Acción contra el Hambre lanza www.nomegusta.com, una web conectada con las redes sociales Facebook y Twiitter que sirve para denunciar que millones de personas no tienen acceso a agua potable en las ciudades en vías de desarrollo. La falta de infraestructuras de saneamiento hace que mueran 4000 niños cada día por enfermedades derivadas del agua contaminada. Entra en www.nomegusta.com y ayúdanos a difundir este mensaje. Las imágenes utilizadas en este video han sido gentilmente cedidas por age fotostock y puedes encontrarlas en www.agefotostock.com



lunes, 21 de marzo de 2011

21 de marzo: Día Mundial de la Poesía

En su resolución del 15 de noviembre de 1999, la Conferencia General de la Unesco proclamó al 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía. Entre los fundamentos de esa decisión se contaron la necesidad de reconocer y dar impulso a los movimientos poéticos nacionales, regionales e internacionales, y promocionar la diversidad de las lenguas, con la idea de que la literatura es parte constitutiva de la subjetividad humana.

"La poesía es el recuerdo de algo que nunca existió
confidencia
solitaria
que en un acto de generosidad
se vuelve universal
una comunión de almas incandescentes
que bailan por las noches buscándose
La poesía es el nacimiento y la muerte del dolor
es el escape y el ansiado reencuentro
eterno retorno al principio de uno mismo
hojas de otoño fuego y sacrificio
Poseidón azul en un manto de sal
La poesía es un big bang dentro mío
a veces no sabe si reír o llorar
espejo que responde a mis certezas con preguntas
y puede llegar a ser también antes de estallar
el delicioso pecado que escribo."



                      Paulo Gaston Prella Collazo
                         Docente de Moreno

PACO IBAÑEZ La Poesia es un Arma cargada de Futuro

martes, 8 de marzo de 2011

MUCHO LOGRAMOS...

...MUCHO NOS FALTA

El 75% del número total de mujeres no puede obtener préstamos bancarios por falta de estabilidad laboral o por desempeñar trabajos no remunerados, y carece de derechos de propiedad. En comparación con los hombres, las mujeres también tienen un 21% menos de probabilidades de tener un teléfono móvil y, por tanto, de disponer de las mismas opciones de comunicación.

Las mujeres realizan dos tercios del trabajo y producen la mitad de los alimentos de todo el mundo, pero solo obtienen el 10% de los ingresos y poseen el 1% de la propiedad.

Las mujeres representan dos tercios de los aproximadamente 800 millones de personas que forman la población adulta analfabeta del mundo (de 15 años en adelante). Si se educa a una niña en África, sus ingresos aumentarán un 25%, tendrá una probabilidad tres veces menor de infectarse con el virus del VIH o de contraer el SIDA, y su familia será menos numerosa y más sana.

Solo 28 países han alcanzado el objetivo del 30% establecido a principios de los años 90 relacionado con la incorporación de mujeres a puestos de toma de decisiones. A nivel mundial, los salarios de las mujeres son un 17% más bajos y su estabilidad laboral es menor que la de los hombres.

El 99% de la mortalidad materna se puede evitar, pero cada minuto muere una mujer por causas relacionadas con el embarazo. A nivel mundial, las mujeres jóvenes (de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años) tienen 1,6 veces más probabilidades de ser seropositivas que los hombres jóvenes. Cada 14 segundos, un niño se queda huérfano a causa de las muertes por SIDA.

El abuso de mujeres y de niñas es endémico en todo el mundo. Una de cada tres mujeres será víctima de violación, maltrato, coacción con fines sexuales u otro tipo de vulneración de sus derechos durante su vida.

LA MUJER ESTRELLADA

Caminar quieto ha sido, es y será más difícil que caminar caminando con los pasos de afuera, los del cuerpo. Más difícil y más comprometedor, por eso más apasionante.
Caminar quieto nos permite ver lo que tantas veces no vemos, escuchar lo que tantas veces no escuchamos, paladear, oler, tocar lo que tantas veces no paladeamos ni olemos ni tocamos.
Caminar quieto es una aventura única, arrojada, imprevisible. No requiere de nosotros ningún honesto o vil dinero, sólo requiere emprender esa caminata con los cinco sentidos bien despiertos y el sexto también, no dejarse olvidado el corazón en la comodidad de la casa y estar a disposición de los milagros terrenales que, en realidad, son los verdaderos milagros.
Estas reflexiones sobre el prodigioso arte de "caminar quieto" las acaba de hacer el viejo Serafín Ciruela. Estamos en un añoso café con ventilador de techo y mesitas de madera. Es tanto el calor que podemos decir la calor. Sin vueltas el viejo Ciruela me tienta a caminar quieto mirando por la ventana que da a la vereda, observando a los humanos y humanas que van o que vienen con un apuro inexplicable.
Pronto Ciruela me propone que pongamos una pregunta en remojo: "¿Puede haber algo más desolado, algo más baldío que una mujer que no guarda ni un secreto?"
No tengo qué responderle; la pregunta queda sobre la mesa, latiendo. Ciruela con un movimiento de ceja me señala a una mujer que ahí viene, que ahora entra al café y se sienta a dos mesas de la nuestra. Bajito me dice:
-Esa mujer se llama Laura, pero podría llamarse Isabel o Sofía o Susana; también podría llamarse María, ¿por qué no?
-Serafín, ¿y qué tiene de particular esa mujer?
-Fijate bien, esa mujer guarda muy hondo un secreto, y lo va a contar ahora mismo.
-Pero viene sola y está callada, ¿a quién se lo va a contar?
-Rodolfo, a veces no hace falta hablar en voz alta. Esa mujer, sin mover los labios, en silencio va a contarnos algo. Si ponemos la oreja del corazón seguro que la vamos a escuchar.
La mujer que posiblemente se llama Laura empieza su relato desde el silencio. Escuchémosla:
"...Soy una señora que vive pasando la esquina, tres casas más allá; sí, en esa casita que siempre parece recién pintada. ¿Hace falta decirlo? Ya han dejado de preguntarme la edad; los hombres, por lo menos. Claro, pasé los sesenta. Atareada con la familia, con los hijos, con los nietos, con los haceres del hogar como vengo estando, no tuve ni gota de tiempo para hacerme de un secreto... ¿Se imaginan una mujer así? ¿Puede haber alguien con menos sol, alguien más baldío que una mujer sin un secreto? Sí que lo puede haber: alguien más baldío que una mujer sin un secreto es una mujer que no se da cuenta que no tiene ni un secreto. Aunque no me falta nada, yo estoy siendo menos que esa pobre mujer. Pero no me resigno. Todavía no he jugado mi última carta.
"...Vean: mi casa, ordenadísima, resplandece. Pasemos al living comedor, sigamos a la cocina, entremos a los baños, a las tres habitaciones, al lavadero. Cada cosa en su sitio. Todo inmaculado. ¿Y el pequeño jardín? Ahí lo tienen: ni una sola hoja sobre el césped, la sombrilla replegada por si esta noche llueve... me parece que va a llover, algún que otro lejano relámpago me avisa.­
"...Tal vez no les parecerá lógico que ahora les pida atención si lo que tengo para contarles carece de importancia y no es dramático... Bueno, lo mío no tiene nada de grave. Cualquiera, con razón, podría decirme que no tengo motivos para quejarme: vengo teniendo todo lo que razonablemente se puede tener. Todo. Menos un secreto.­
"...Mi situación es la que se ve: desde hace unos diez años mis queridos hijos se han soltado. Dos mujeres y un varón. Los tres casados, en armonía, con hijos sanos, con sus vidas encaminadas. ¿Qué más se puede pedir? Qué más quiero, ¿no? Mi marido es un buen hombre, de ésos que a una no le hacen faltar nada. Tiene buen carácter, y hasta es capaz de ponerse a lavar platos. Pero hay un problema: él me sabe de memoria y yo también lo sé de memoria. Me refiero a nuestros pensamientos... y a nuestros cuerpos. A eso me refiero. Cómo explicarles: hace tiempo sucede que, por ejemplo, estamos sentados uno al lado del otro y yo pongo mi mano sobre una pierna, y no sé si es mi pierna o es la de él... El caso es que aquí estoy, y de pronto advierto que tengo una cantidad de años que he cumplido sin darme cuenta. Aquí estoy con esos años: lo tengo todo, pero no tengo ni un solo secreto.­
"...Les digo: soy lentísima, puede llevarme meses decidir el cambio de lugar de un mueble o de un simple adorno. Ah, pero cuando tomo una decisión, ni una muralla me puede detener.­
"...Hoy es sábado, el último de un febrero demasiado caluroso. Mi marido hace dos horas se fue con mi hermano y un amigo a ver un partido de fútbol nocturno. Sin pensarlo se me ocurrió decirles: "Aprovechen la salida y quédense a comer afuera". Mi marido me dijo que casualmente eso habían pensado... Ahora son las once y diez, exactamente las once y diez de la noche. Estoy sola. Sola con mi cuerpo. Mi cuerpo... lo tenía conmigo y no me daba cuenta... Enciendo el televisor, miro sin mirar, lo apago. Quiero, necesito estar conmigo, sola con mi cuerpo, pero no aquí. Me escucho decir en voz alta: "¡Basta de esto!" Y decido sin más. Ya abrí la puerta de calle, dos pasos, estoy en la vereda, cierro la puerta pero no le pongo ni la llave de arriba ni la de abajo... Qué rara me siento, no tengo miedo... Antes de llegar a la esquina me cruzo con un par de jóvenes... me miran, los miro, sigo caminando... Qué rara me siento, no tengo miedo...
"...Ya van para dos horas que camino: dejé atrás la plaza, la municipalidad, el barrio residencial, la zona de los monoblocks, los chalecitos y las casas quinta. No estoy cansada. Me aparto de la ruta asfaltada. Por delante de mis pasos apenas una huella y el campo muy verde... siento el verano profundo en la tierra arada, en la fragancia del pasto... no detengo mi caminata, me viene la otra sed, la del agua... digo agua en voz alta... Adelante, una línea curva entre la tierra y el cielo, ¿y atrás?... Atrás también la línea curva entre el cielo y la tierra: estoy anillada por el horizonte... Camino camino... me detengo me saco los zapatos la pollera el corpiño... me he desnudado completamente, hasta el reloj y los aros y el anillo me he sacado... me suelto el pelo, grito sin palabras y sin sílabas... estoy gritando alaridos... Me acuesto de espaldas, me sostiene el profundo verano del pasto... siento que la Tierra entera está debajo de mi cintura: late debajo de mi nuca y de mis caderas y de mis talones... Ah, cómo palpita la tierra y yo, hasta este instante, sin saberlo...­
Desnuda, tan desnuda, abierta de par en par, mis brazos se estiran hasta la punta de los dedos... Ahora, despacio, se abren mis piernas, se abren mucho más que para parir... Recién sentía que la tierra latía, ahora siento que es un galope que viene desde muy hondo... Estoy con los ojos cerrados, en voz alta me escucho preguntar: ¿Y el cielo? ¿Habrá cielo ahora? Abro los ojos para saber si hay cielo... La noche es un océano infinito... Racimos de estrellas, de estrellas con pulso... No se les ocurra preguntarme porqué, pero estoy completamente segura de que enseguida una de esas estrellas se va a descolgar, va a salirse de su ojal. No puede no suceder eso, pienso. Y ya está sucediendo eso: la estrella cae cae cae, viene hacia mí la estrella, ardiendo viene... Era plateada ya es roja, la estrella cae, la estrella viene entera... Tengo sed tengo sed... La estrella entra en el centro de mi sed... Es una brasa... ¿Quién es una brasa: la estrella o yo?, ¿quién crepita: la estrella o yo? No sé no sé no me importa saber si arde ella o ardo yo, ardemos en fuego las dos... La estrella que venía desolada ahora muerde mi desolación, ahora bebe mi baldío... ¿Quién caminó más para llegar a este centro: la estrella o yo?
"...Pero qué importa quién caminó más, si al final yo y la estrella nos encontramos. Acabo de nacer y de darme cuenta del fuego... De pronto he aprendido que no está bien morirse en vida si hemos de morirnos con la muerte... Y algo más acabo de aprender en carne propia: el fuego es lo único que puede calmar al fuego.­
"...Llueve, ha empezado a llover. Llueve por primera vez en el mundo sobre todo mi cuerpo tan abierto... Mi sed recién pedía agua; ésta, la de la lluvia, es ese agua... Mi lengua busca los bordes de mis labios... Mi lengua dice agua... Adentro de mi centro la estrella dice agua... El agua escucha, el agua responde, el agua pronuncia "qué dulce puede ser la sal..."­
Posdata
Esa mujer que se llama Laura, pero que podría llamarse Isabel o Sofía o Susana y hasta llamarse María, esa mujer paga su café y se va y se aleja por la vereda.
El viejo Serafín Ciruela ahora me cuenta el resto de esta historia:
Antes de que bajara el amanecer la mujer se vistió y sus pasos la regresaron de memoria a su hogar dulce hogar... Al llegar encontró, muy alterados, a su marido, a sus hijos, a un patrullero, a curiosos del vecindario... Se le abalanzaron con preguntas: ¿Te secuestraron? ¿Te robaron? ¿Qué te hicieron? ¿Te abusaron?
La mujer los miró uno a uno, en silencio.
El marido, sollozante, retomó las preguntas:
-¿Pero qué te pasó? ¿Dónde, dónde te llevaron?
-Nadie me llevó a ningún lado.
-Pero no estabas en la casa, encontramos la puerta sin llave, las luces encendidas, la cinco y pico de la mañana ¡Y no volvías!
-Salí a caminar.
-¿Sola y de noche?
-Sola y de noche.
-Pero ¿por qué sola y de noche?
-Porque sí.
-¿Pero por qué sí?
-Porque me vino la sed.
Y no le preguntarán nada más en esa agitada madrugada. Pero familiares y vecinos se quedarán murmurando.
Pasará exactamente una semana. Esa mujer que se llama Laura, pero que podría llamarse Isabel o Sofía o Susana y hasta llamarse María, un domingo acompañará a su marido a caminar un rato. Silencio, sólo silencio entre ellos. Ella tropezará con una baldosa floja y caerá de rodillas. Al ponerse de pie, de entre sus piernas caerá algo... El marido le preguntará:
-Algo se te cayó... ¿Qué es?
-Es una estrella.
-Mirá... Ultimamente te noto rara, muy rara... Desde que desapareciste la otra noche apenas si hablás... Por algo será... Decime de una vez qué carajo es eso que se te cayó cuando tropezaste recién.
-Una estrella es.
-Es lo que digo. En algo andarás. ¡Atorrantas conmigo no eh! ¡Andáte a vivir con tu vieja!
-Mi vieja murió hace catorce años.
-Última vez que te lo pregunto: ¿Qué es eso que se te cayó recién?
-Una estrella.
-¿Y qué es una estrella?
-Una estrella es una moneda que viene de muy lejos, con sed.
-Estás loca. O te hacés la loca. Desaparecé de mi vista.
-Con gusto ya mismo desaparezco de tu vista... Pero antes, ¿te puedo pedir algo?
-Dale, qué querés: ¿plata?, ¿el auto?
-Quiero pedirte que te tomés el pulso.
-El pulso, ¿y para qué?
-Para saber si estás vivo.
Con esto concluyó el diálogo y el matrimonio y todo. Y esa mujer que se llama Laura, pero que podría llamarse Isabel o Sofía o Susana y hasta llamarse María, detuvo al primer taxi que pasaba por allí. Y se fue. Para siempre se fue.
Estamos hablando de una mujer de su casa que con los años y sus rutinas se había perdido a sí misma de vista. Pero que se salvó cuando una noche tuvo sed y le hizo caso a su sed. Que se salvó porque se desnudó a tiempo. Y que seguirá salvándose porque ya no es un baldío desolado, ahora tiene un intenso secreto.
Que quede entre nosotros: ella fue alcancía de una estrella.­

                                                                                     Rodolfo Braceli

sábado, 5 de marzo de 2011

SIGA,SIGA EL BAILE AL COMPÁS DEL CARNAVAL

“El carnaval no puede ser extinguido. Es una tradición de la humanidad que se perpetúa a través de los siglos. Es una necesidad del espíritu... El pueblo se muestra tal cual es en estos días de desorden autorizado, mas puede medirse su estado de moralidad y cultura en medio de las locuras del carnaval, que en los comicios públicos o en los actos íntimos de la vida.”
 La frase es de Domingo F. Sarmiento, quien era realmente feliz en carnaval y hasta jugaba con agua siendo presidente.
Pero estas fiestas que se celebran a lo largo y ancho del mundo, tiene particulares historias en nuestro país cosechando  fervientes adeptos y fanáticos detractores.
SE ACERCAN LOS DÍAS CONSAGRADOS A ESA BRUTAL DIVERSIÓN, LEGADO DE NUESTROS OPRESORES. Así declaraban los titulares de "El porteño", periódico de 1833.
Pero como bien dice nuestro antepasado protestón, en los siglos pasados el carnaval se festejaba con una violencia increíble.
Fue cambiando, poco a poco, a través de los años, influenciado por el también lento cambio cultural de nuestra sociedad.
El carnaval fue legado por los españoles, con ellos llegaron a nuestras tierras estos festejos de antigua data en al continente europeo.
Se comienza a festejar entre  nosotros como una fiesta cristiana, o por lo menos en un ámbito cristiano, ya que el carnaval son los tres días anteriores (sábado, domingo y lunes) al miércoles de ceniza, que es cuando comienza la Cuaresma.
La cuaresma es un período de ayuno observado por los cristianos como preparación para la Pascua. Por todo esto, los tres días de carnestolendas o carnaval, eran festejados a pleno, porque luego vendría un período de ayuno completo, también para las fiestas.
Como bien dice una antropóloga "el carnaval aparece como un absurdo; encarna la sublimación del ocio. El sinsentido del hacer para despilfarrar." En esta fiesta, el disfraz propone la confusión de los lugares sociales y hasta la de los sexos, esclavos disfrazados de señores y al revés, humanos disfrazados de animales, hombres transformados en mujer, etc. Por esta suspensión de lo establecido se lo tildó muchas veces de subversivo.
Nuestro carnaval ha adquirido muchas formas a lo largo de sus cientos de años de vida, pero la costumbre que siempre reino, es la de arrojarse agua.
El abuso de esta costumbre fue la causante de las distintas prohibiciones que se le impusieron a esta divertida fiesta. Nadie quedaba fuera del carnaval, todos se divertían en esos tres días en los cuales la ciudad parecía un campo de batalla; ricos, pobres, blancos, negros, desconocidos, conocidos, todos participaban.
El mismo Domingo F. Sarmiento era un gran adepto al carnaval y no se molestaba en  lo más mínimo si le arrojaban agua cuando era presidente.
Como se dijo, la costumbre de mojarse uno a otro en carnaval, la trajeron los españoles, a pesar que en España el carnaval cae en invierno.
Ya desde el siglo XVIII los bonaerenses se mojaban los unos a los otros.
En 1771 el Gobernador de Buenos Aires Juan José Vertíz  implantó los bailes de carnaval en locales cerrados. Los bailes se oficializaron, a efectos de atenuar las inmorales manifestaciones callejeras de los negros, que habían sido prohibidas el año anterior.
Por esa misma época, un grupo de gente descontenta con los bailes justo antes de la cuaresma, y según decían por los excesos que ocurrían en ellos, llevaron su descontento ante el mismísimo rey de España.
El rey envió de inmediato dos órdenes a Vértiz, el 7 y 14 de enero de 1773, por las cuales prohibía los bailes y le encargaba que arreglase las escandalosas costumbres en que había caído la ciudad.
Vértiz, no se quedó callado, le protesto al rey diciendo que como se bailaba en España, también se lo podía hacer en Buenos Aires. Pero el rey Carlos III promulgó una ley el 16 de diciembre de 1774, en la cual prohibía los bailes de carnaval, alegando que él nunca los había autorizado en las Indias.
Como ustedes se imaginaran no se respetó la prohibición, tanto que los festejos degeneraron y ya en la época del virreinato, el virrey Cevallos se vio obligado a prohibir los festejos de carnaval. "...conviniendo remediar este desorden con el presente prohibo los dichos juegos de Carnestolendas...", decía el bando del virrey, y sigue "... ha tomado en pocos años a esta parte tal incremento en esta ciudad [...] en ellos se apura la grosería de echarse agua y afrecho (salvado), y aun muchas inmundicias, unos a otros, sin distinción de estados ni sexos...". Seguía diciendo que la gente, se metía en las casas y reventaban huevos por todos lados, hasta robaban y rompían los muebles.
Los excesos no disminuían, y si lo hacían era por poco tiempo.
El 13 de febrero de 1795 el virrey Arredondo promulgó el bando acostumbrado prohibiendo "los juegos con agua, harina, huevos y otras cosas".
En los años siguientes a la Revolución de Mayo, se volvió muy común entre la población, en especial entre las mujeres, la costumbre de jugar en forma intensa con agua. Para ello utilizaban todo tipo de recipiente, desde el modesto jarro, hasta los huevos vaciados y rellenos de agua con olor a rosa, pasando por baldes, jeringas, etc.
Los huevos eran vaciados y llenos con agua, pero no siempre con agua aromatizada, a veces solo se tiraban huevos podridos.
Entre la gente acomodada se usaba, comprar los huevos de ñandú, rellenos de agua con olor a flores, como hoy se venden las bombitas los huevos se vendían en las esquinas. Las azoteas de las casas se convertían en verdaderos campos de batalla acuáticos, y más de un transeúnte se ligó una fresca catarata de agua. La batalla por una azotea entre hombres y mujeres, todos jóvenes, era divertidísima y terminaba con la inmersión de los perdedores en una tina o bañadera.
Esta costumbre de mojarse solo se utilizaba en la ciudad, no se había generalizado todavía en la campaña ni en las ciudades aledañas a la capital virreinal.
Un escritor inglés dice para 1820: "Llegado el carnaval se pone en uso una desagradable costumbre: en vez de música, disfraces y bailes, la gente se divierte arrojándose baldes de agua desde los balcones y ventanas a los transeúntes, y persiguiéndose unos a otros de casa en casa." Y sigue "Los diarios y la policía han tratado de reprimir estos excesos sin obtener éxito."
En las calles eran más encarnizadas las luchas con agua, ya que en ellas intervenían los esclavos, que mojaban a todo el mundo, se daban pequeñas venganzas, y más de uno no se la aguantaba pasando a las manos, que muchas veces terminaba con heridos o algún muerto. Por eso cada comienzo de carnaval se dictaban medidas preventivas, que nunca funcionaban porque los policías también jugaban al carnaval y los que estaban de servicio preferían alejarse de los lugares de lucha, para no ligarla ellos también.
El carnaval de 1827 fue mucho más tranquilo y los juegos con agua casi ni se vieron, las continuas quejas de años anteriores habían hecho efecto, aunque más que nada se debió a la determinación de la policía de conservar el orden, algo que nunca había ocurrido. Pero esta moderación solo duro dos años, ya en 1829 vuelve la violencia.
Dice un periódico: "Hemos oído asegurar que no han faltado brazos ni piernas rotas, ojos sacados, pistoletazos, etc.". Esto porque otra vez los policías eran los primeros en jugar. Los juegos con agua siguieron, no siempre violentos.
En los tiempos de Juan Manuel de Rosas, el carnaval era esperado con mucho entusiasmo, en especial por la gente de color, protegidos de Rosas.
Para el carnaval de 1836 se permitieron las máscaras y comparsas, siempre y cuando gestionasen anticipadamente una autorización de la policía. Para esta época el carnaval estaba ya muy reglamentado para prevenir desmanes. Solo se permitía el juego en los tres días propiamente dichos de carnaval, y el horario era anunciado desde la Fortaleza (actual Casa Rosada) con tres cañonazos al comienzo, 12 del mediodía, y otros tres para finalizar los juegos, al toque de oración (seis de la tarde). También se tiraban cohetes, para los cuales había que tener permiso de la policía.
Para los juegos en esta época, se movilizaban carros con tinas de agua, jarros, jeringas, huevos de ñandú, también se usaban vejigas llenas de aire, con las cuales se golpeaba a los transeúntes. Estos juegos generaban verdaderas batallas campales. Luego del cese, de los juegos con agua, continuaban los festejos con reuniones particulares, que a veces terminaban a la madrugada.
 Las costumbres del carnaval, en época de Rosas, fueron cayendo en excesos, llegando hasta el máximo desbordamiento.
La gente se divertía muchísimo, no había ni clase ni estrato social que no jugara al agua en carnaval. Pero como en todo estaban los exagerados, que llegaban a las manos, y muchas veces ocurrían desgracias. También estaban los que no disfrutaban de estos juegos y no dejaban de quejarse por medio de revistas y periódicos. Muchos de estos últimos se iban de la ciudad por esos tres días de carnaval. Los excesos, ¿cuáles eran los excesos?, se preguntaran. Estaban los que aprovechaban para entrar en las casas y robar, los que se aprovechaban de las mujeres que jugaban al carnaval, manoseándolas, rompiendo sus ropas y hasta violando.
También se catalogaban como excesos algunos que ahora son muy comunes en carnavales como los de Río de Janeiro o Gualeguaychu: "Las negras, muchas de ellas jóvenes y esbeltas, luciendo las desnudeces de sus carnes bien nutridas...", decía José M. Ramos Mejía de esa época.
Por esta época los festejos de carnaval se habían extendido a todas las ciudades del actual Gran Buenos Aires. Los juegos con agua predominaban, pero también había bailes. Estos eran muy importantes, comenzaron en domicilios particulares, a principios de este siglo (s. XX) tomaron la posta los clubes de barrio.
Pero siguiendo con los "carnavales de Rosas", los grandes protagonistas y protegidos de Rosas, eran los morenos. Los negros se dividían en "naciones", y se juntaban en "tambos" a danzar al ritmo de sus candombes. El mismo Rosas concurría a los "huecos" donde los morenos festejaban. Por nombrar una, en 1838 acudió a la fiesta realizada por la "nación" "Congo Augunga", en la esquina de las actuales San Juan y Santiago del Estero, acompañado de su esposa Encarnación y su hija Manuelita.
Una costumbre en esta época era la llamada "día del entierro". Los vecinos de cada barrio colgaban en algún lugar un muñeco de paja, al que llamaban Judas, que luego era quemado, en medio de una fiesta general.
Pero no todo era diversión, los desmanes y las escenas "poco decorosas" aumentaron llegando a ser "repulsivas". Rosas decidió cortar por lo sano y prohibió todo festejo de carnaval el 22 de febrero de 1844. La prohibición se extendió también a todas las ciudades del actual Gran Buenos Aires.
Las celebraciones se reanudaron recién en 1854, con Rosas fuera del poder. Pero el carnaval volvió muy reglamentado, se realizaban bailes públicos en diversos lugares, previo permiso de la policía. Había mucha vigilancia policial para prevenir los desmanes de las décadas anteriores.
En 1858 aparece la primera comparsa y en 1869 se realiza el primer corso, con la participación de máscaras y comparsas. Al año siguiente, se incorporan carruajes.
Entre finales del siglo XIX y las primeras décadas de 1900, los corsos alcanzaron su máxima popularidad, pero a partir de 1915 las comparsas comenzaron a desaparecer, y surgen las murgas, con características diferenciadas en el tipo de música y formas de manifestación, siendo más grotescas y picarescas.
Los feriados de carnaval  regían en el país hasta el golpe militar de 1976, cuando el entonces dictador Jorge Rafael Videla emitió un decreto -el 6 de junio de ese año- anulo del calendario el mayor festejo popular. Pero volvió a estar vigente este año tras el decreto de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en noviembre del 2010.
La restitución de estos feriados se inscribe dentro de la recuperación de la identidad, la memoria y la alegría que representan los festejos de esta histórica fiesta popular, y tras un largo reclamo de las agrupaciones carnavaleras.

jueves, 3 de marzo de 2011

EDITORIAL

Marzo, no es un mes más del calendario, trae consigo fechas para reflexionar y pensar.
Nos marca el comienzo de las clases, y con ellas el deseo de un futuro mejor para nuestros hijos.
Pone en primera fila a la mujer  y a la memoria, tan estrechamente ligadas en nuestra historia.
Marzo es un mes de comienzos y de emprendimientos, de trabajo y creatividad.
Ojala todas y todos no olvidemos que en la búsqueda de nuestra interioridad lograremos conquistar el tiempo, para poder decir lo que sentimos,  sentir lo que valemos,  soñar lo que queremos y  reconocer que nos sobra con lo que tenemos.

                                                                         Rosalinda Jahn

AYUNO

Por Guillermo Jaim Etcheverry
La pantalla de la computadora muestra una puesta de sol sobre el océano, acompañada por el sonido de las olas. Un anuncio nos indica que no debemos tocar nada en el equipo y un contador marca el transcurrir de los segundos. Sólo hay que contemplar esa escena resistiendo la tentación de consultar el correo electrónico, de participar en alguna red social, de hablar por teléfono. Al cabo de dos minutos aparece un cartel felicitando al observador, que, cual Ulises moderno, sentado en su silla, ha logrado resistir el canto de las sirenas tecnológicas. Ha conseguido perderse en sí mismo, una rareza en nuestra época. Este ingenioso artilugio, diseñado por el británico Alex Tew para no hacer nada durante dos minutos (así se llama el sitio), nos recuerda que, más allá de las pantallas que nos proporcionan la ilusión de eficacia y nos permiten sentirnos muy ocupados, está la realidad. Esta no es virtual y nosotros tampoco lo somos.
Tomamos conciencia así de lo que señala David Levy, profesor de la Universidad de Washington, en su trabajo Sin tiempo para pensar: "El ritmo acelerado de la vida moderna está reduciendo el tiempo del que disponemos para la reflexión. Sin embargo, un aspecto positivo de los desarrollos actuales es que el énfasis puesto en las prácticas que sostienen que cuanto más rápido, mejor nos está forzando a advertir su naturaleza destructiva. Necesitamos el equivalente de los bosques protegidos para cuidar nuestro ecosistema mental." Es nuestra libertad la que se pone en venta crecientemente en la sociedad actual.
Pero la responsabilidad no reside sólo en los adminículos que nos rodean. Somos nosotros quienes nos hemos dejado convencer, tal vez con demasiada ligereza, de que a cada instante, en algún lugar del planeta está ocurriendo algo trascendental para nuestras vidas. Pensamos que si no logramos saberlo de manera instantánea, seremos incapaces de interpretar el mundo y las personas. El prestigio que han adquirido las noticias se basa en esa presunción de que nuestras vidas se encuentran permanentemente en riesgo de sufrir una transformación crítica debido a la acción de las dos fuerzas que modelan la historia actual: la política y la tecnología. Lo sostiene Alain de Botton, ensayista suizo que trabaja en Londres, que también ha señalado que pagamos un precio muy elevado por esta actitud, a la que define como "promiscuidad con la novedad". Perdemos la capacidad de concentración y sacrificamos así la posibilidad de plantearnos los eternos dilemas humanos, ahogados como estamos en la información a la que, cada día más, nos cuesta encontrarle un sentido. David Meyer, profesor de psicología de la Universidad de Michigan, experto en percepción y aprendizaje, señala que "nos enfrentamos a una plaga cognitiva capaz de anular la capacidad de concentración y el pensamiento productivo de una generación entera".
Son muchos quienes, en todo el mundo, están señalando la conveniencia de hacer un "ayuno informativo", una dieta que, aunque contraria a nuestros impulsos naturales, debería ser aplicada no sólo a la alimentación sino a la información, la gente y las ideas. Es que, al igual que el cuerpo, la mente necesita periodos de ayuno, de ocio. "Como en el caso del colesterol, hay un tedio bueno", señala el escritor y periodista italiano Armando Torno.
Atraídos por la alternativa de vivir expuestos en la escena pública, parecemos olvidar que nuestra interioridad se basa en la conquista del propio tiempo. Como lo expresara Virginia Wolff, "es en el ocio, en el sueño, cuando la verdad sumergida a veces emerge a la luz". Reconquistar nuestro tiempo, supone defendernos de la nueva agresividad que ejercen sobre nosotros las modernas herramientas de comunicación al brindarnos sus indiscutibles poderes. Debemos reaprender a concentrarnos, deteniéndonos a pensar sin sucumbir a la creciente ansiedad por sumergirnos en el mundo de las máquinas.

miércoles, 2 de febrero de 2011

EDITORIAL


Deseamos que hayan podido recuperar fuerzas en este primer mes del año, para continuar con vuestras tareas en el nuevo año lectivo.
Agradecemos enormemente todos los buenos deseos, muestras de cariño y afecto que nos han hecho llegar  durante el mes de diciembre.
Cercanos al comienzo de nuestras tareas, reflexionemos de cara al sol, que si logramos por un instante  reunir los minutos de felicidad que vivimos en estos días de descanso, lograremos dibujar una sonrisa que nos abrirá las puertas de los nuevos días por venir como una llave mágica.
Y mejor aún si logramos mantener esos recuerdos, y con ellos la sonrisa y algún rayito de sol, quizás aligeremos los días y el trabajo hasta las próximas vacaciones.
Armonía, claridad y fortaleza en las nuevas batallas cotidianas.

                                                                                        Rosalinda Jahn

CHAU MARIA ELENA...Y GRACIAS!!!

María Elena Walsh  nació en Ramos Mejía, Prov. De Buenos Aires el 1 de febrero de 1930  fue poetisa, escritora, cantautora, dramaturga, compositora y sobre todo una gran persona. Comparable a Lewis Carroll con su Alicia en el país de las maravillas, la obra de María Elena  revolucionó la manera en que se relaciona la poesía y la infancia en Hispanoamérica.
Especialmente famosa por sus obras infantiles, entre las que se destacan  Manuelita la tortuga y los libros Tutú Marambá, El reino del revés y Dailan Kifki; es también autora de difundidas canciones populares para adultos, entre ellas Como la cigarra, Serenata para la tierra de uno y El valle y el volcán. Otras canciones de su autoría integran el cancionero popular argentino: La vaca estudiosa, Canción de Titina, El Reino del Revés, La pájara Pinta, La canción de la vacuna (El brujito de Gulubú), La reina Batata, El twist del Mono Liso, Canción para tomar el té, En el país de Nomeacuerdo, La familia Polillal, Los ejecutivos, Zamba para Pepe, Canción de cuna para un gobernante, Oración a la justicia, Dame la mano y vamos ya, etc. Entre sus álbumes destacados se encuentran Canciones para mirar (1963) y Juguemos en el mundo (1968).
Su claridad intelectual y su honestidad ideológica en los años más oscuros de la Dictadura, movilizó al presidente Raúl Alfonsín a designarla  para integrar el Consejo para la Consolidación de la Democracia, entre 1985-1989.
Publicó más de 20 discos y escribió más de 50 libros.
A lo largo de su vida formó pareja con la folklorista Leda Valladares, la directora de cine María Herminia Avellaneda y la fotógrafa Sara Facio, con quien vivió desde inicios de la década de 1980 hasta su muerte.
Desde el 10 de enero te llevamos en el corazón a donde vayamos.

SUGERENCIA DE LA BIBLIOTECARIA


Frente a la problemática de los adolescentes conflictivos, agresivos, irrespetuosos, y en  especial de aquellos que delinquen, proponemos  el trabajo de Antón Semiónovich Makarenko: Poema Pedagógico.
En esta obra, que fue escrita en tres años, Makarenko muestra como estrategia, el trabajo vasado en valores éticos como ser: la puntualidad, capacidad de mando, capacidad de subordinación, responsabilidad, etc., estaba mucho más interesado en la práctica que en la teoría. Por esta razón, entre muchas otras, la lectura de esta obra resulta imprescindible para aquellas involucrados en el proceso educativo-formativo y para quienes estén en contacto con jóvenes en una situación tan crítica que les hace volverse malabaristas con su propia vida.
En los dos primeros capítulos, Anton Makarenko, narrador nato, relata en primer plano, su experiencia en lo cotidiano como director de la colonia Gorki, un centro-comuna fundado para que allí jóvenes delincuentes encuentren caminos de desarrollo distintos a los ya trazados hacia un infierno seguro.
Gracias a su extraordinario y finísimo sentido del humor, a su sinceridad y a una implícita autocrítica que demuestra, dicho sea de paso, gran humildad, Makarenko nos introduce en esta comunidad en donde están interactuando caracteres que se nos revelan muy familiares. Los personajes están descritos sin sensiblería, sin compasión, con toda claridad, llana crueldad y cierta ternura. Detalle que podemos agradecer, pues de ninguna manera describe su actuar como pedagógicamente correcto. Llamará la atención el que recurra a métodos de cohesión inspirados en el folklore militar... dejando claro un hecho inobjetable: que algunos jóvenes -no todos- exigen autoridad al carecer de autodisciplina.
Es destacable la relación extremadamente sincera, sencilla y abierta que Makarenko lograba establecer con los colonos y el personal de la colonia; las enriquecedoras actividades agrícolas, artesanales y artísticas que realizaban, permitían una apertura hacia el mundo exterior sumamente positiva para el crecimiento de educandos y educadores.
Makarenko se involucraba en los proyectos y obras de sus alumnos, asegurando un vínculo que iba mucho más allá de la relación alumno-maestro, pues no sólo buscaba instruir sino formar individuos. El arte no podía faltar dentro del quehacer cotidiano; al respecto, nos ha cautivado el capítulo: El teatro, que es absolutamente delirante por el relato en sí y por la manera en cómo los educandos concebían la representación de una obra teatral.
Gracias a una transcripción de las conversaciones en un estilo coloquial, Makarenko nos permite imaginar sin dificultad alguna, qué tipo de relaciones se establecían entre las personas del medio rural en los inicios de la Unión Soviética, además de que, a nosotros, bárbaros citadinos, indirectamente nos ayuda a comprender -lo que no es poca cosa- qué significa atender una granja, y a percibir ese cariño sentido por los colonos hacia la tierra y los animales.
No está de más comentar que Makarenko tuvo que enfrentar, como cualquier maestro de cualquier país del mundo, los juicios de los inspectores, con su altivez de representante de la Educación Pública, imbuidos de una superioridad que les confiere el reporte que deben rendir a sus superiores. Pues bien, a lo largo de su obra, el autor deja muy en claro que no gustaba particularmente de estos encuentros oficiales... ni tampoco de la burocracia. Reconoce que tenía enemigos y que debía enfrentarlos confirmando de manera contundente que cuando se está realizando un trabajo, el que sea, por lo general emerge una fuerza opositora... Y esto en cualquier latitud.
Además, independientemente de consideraciones puramente pedagógicas, a lo largo del relato, Makarenko logra transmitirnos el cariño que siente por sus muchachos, lo que confirma la necesidad de que para ser un buen pedagogo, antes de cualquier conocimiento, debe de haber aprecio y amor hacia los chicos.
Poema pedagógico no es solamente una bitácora de una colonia educativa, sino una pintura costumbrista detallada, extraordinariamente viva y realista de la vida rural ruso-soviética; por lo que, recomendamos su lectura.

PARA LEERLO EN LINEA: