Que es el CIIE?

QUE ES EL CIIE?

El CIIE (Centro de Capacitación, Información e Investigación Educativa) es un organismo descentralizado destinado al desarrollo de ofertas de formación docente continua, que articulan la administración de la Biblioteca Pedagógica Distrital, el relevamiento de documentación y la sistematización de experiencias educativas e investigación con las dependencias de la Administración Central con responsabilidades específicas al respecto (art. 96 de la Ley de Educación Provincial 13688/07).

Nuestra institución depende de la Subsecretaría de Educación y proyectos Especiales , Dirección de Capacitación Docente Continua.

Entre sus funciones se destacan:

- Desarrollar acciones y proyectos de capacitación, innovación, asesoramiento y actualización de docentes, con el Equipo Técnico Regional, interactuando con otros CIIES, con el Nivel Central de Capacitación y Coordinación de la Provincia de Buenos Aires.

- Difusión cultural, a partir de los servicios de biblioteca, documentación e información a docentes.

- Divulgar información local, y participar en actividades locales y regionales relacionadas a nuestra actividad (Ej. Feria del Libro)

martes, 19 de octubre de 2010

UNA ESCUELA DE LIBERAD (Síntesis)

Ya lo sabes, tú que vienes a abrir este libro: nuestro tiempo, más que cualquier otro, es de peligros y esperanzas. Ya sea que habites el Norte o el Sur, que seas joven o viejo, no ignoras que estamos frente a riesgos planetarios mayores - todos juntos, y en muchos dominios fundamentales. En efecto, nunca la humanidad  detentó tal poder de destrucción. Tampoco poseyó nunca tal poder para construir un futuro. Por eso, cada día comprobamos que las dificultades se acrecientan, pero también que las iniciativas se multiplican para intentar que el mundo se torne más humano.
¿Tiene la filosofía, en esta época de mutaciones, un papel que cumplir? Sin vacilar, sí. La construcción de los filósofos es esencial, a mi juicio, para comprender nuestro presente y para construir las sociedades del mañana. Es por eso que decidí cuidar personalmente del desarrollo de las actividades de la UNESCO en el dominio filosófico. Dos razones principales explican esta convicción.
Primera razón: en el inmenso patrimonio filosófico mundial, existe una multitud de instrumentos intelectuales que pueden permitir comprender mejor los cambios que se pliegan bajo nuestros ojos. No se trata de reclamar a los filósofos, pasados o presentes, que ofrezcan respuestas ya preparadas. Pero es indispensable volverse hacia esta extraordinaria reserva de ideas y de conceptos que ofrecen las doctrinas filosóficas. Se encontraran allí utensilios para elaborar los nuevos análisis que reclama la época actual. No olvidemos, en efecto, que en todas las culturas la reflexión interdisciplinaria encuentra sus modalidades más antiguas, y las más sólidas, entre los filósofos. Para ellos, la necesidad de destabicar los conocimientos, de comparar los itinerarios teóricos, de abrir lo máximo al campo de la reflexión, no es una exigencia reciente. Es el horizonte natural de sus viajes espirituales.
En este sentido, la filosofía es una escuela de libertad. Ella incita siempre a despertar el pensamiento. Contra la rutina intelectual, su remedio consiste en crear conceptos. “¡Atreverse a tener nuevas ideas!¡Tengan ideas que nadie a tenido!”, he aquí el principal impulso dado por la filosofía. Por eso la UNESCO  debe invitar a los filósofos al análisis de los grandes problemas que se le presentan actualmente a la humanidad, en todos los dominios. La vocación de la UNESCO no es la de competir con las numerosas instituciones de investigación que organizan, en el mundo entero, los trabajos especializados- historia de la filosofía o análisis competente de las doctrinas. Una tarea diferente le corresponde: iniciar a los filósofos a colaborar activamente con la reflexión internacional sobre los desafíos mundiales, a través de la redacción de textos, de la participación en encuentros públicos, de conversaciones grabadas, de acciones realizadas en cooperación con los grandes medios de comunicación.

El segundo motivo que me convence sobre la importancia de la filosofía para la construcción de nuestro futuro es sin duda más decisivo aún. Deseo hablar de la Educación. Una enseñanza filosófica ofrecida generosamente. Bajo una forma accesible y pertinente, contribuye de manera esencial a la formación de ciudadanos libres. En efecto, ejercita a juzgar por sí mismo, a confrontar argumentaciones diversas, a respetar la palabra de los otros, a someterse solamente a la autoridad de la razón. De este modo, es incuestionablemente una escuela de libertad.
Este aprendizaje práctico de los derechos fundamentales conduce igualmente a un descubrimiento de lo universal. En efecto, ensancha las capacidades de reflexión y el campo del pensamiento por la comprensión de puntos de vista inhabituales. Más allá de las diferentes respuestas, permite aprehender cuántas preguntas fundamentales de la vida aproximan más que separan a los seres humanos. Así, por ejemplo, son verdaderamente universales las interrogaciones sobre los fundamentos de nuestros conocimientos, sobre los valore que guían nuestros actos, sobre  el respeto a los otros, sobre nuestra responsabilidad hacia las generaciones futuras.
Tal forma de iniciación a la reflexión filosófica, abierta y accesible a todos, concreta esta “sociedad de los espíritus” por la que Paul Valèry hacía votos, ya en los años treinta, en el seno de la Oficina de Cooperación Intelectual Internacional. En este sentido, todo lo que ofrece la posibilidad de una enseñanza filosófica contribuye a construir “las defensas de la paz en el espíritu de los hombres”, tarea constitutiva de la UNESCO.

Entre la mitad del siglo veinte y su finalización, la amplitud de las transformaciones políticas y culturales ha sido considerable. Se puede decir que ya no habitamos exactamente el mismo planeta que los hombres de los años ’50. La filosofía y su enseñanza sin duda han cambiado. Pero sobretodo, nuevas formas de vida democrática han nacido en África, en Asia, en la Europa del post-comunismo, en la América Latina que escapa de las dictaduras militares e igualmente en ciertos países árabes. En fin, en el curso d este medio siglo también la UNESCO se ha transformado. Ella ha conocido, evidentemente, una considerable extensión del número de Estados miembros y del campo de sus actividades. Después de haber atravesado crisis, supo organizar su renovación y reencontrar sus principios fundadores.
Algunas cifras pueden permitir tomar conciencia de la diferencia entre la encuesta llevada a cabo en 1951 y la de hoy. La primera concernió a 9 estados, mientras que los datos obtenidos por el programa “Filosofía y democracia en el mundo” proviene ahora de 66 estados.
El informe sintetiza una importante serie de proposiciones concretas, referidas-por ejemplo- a una pedagogía múltiple que asocie al libro, la enseñanza a distancia, el audiovisual y la informática.
¿Cuáles son exactamente los lazos entre filosofía y democracia? Un punto capital me parece subrayable enseguida, mientras esperamos los desarrollos y conclusiones de este libro. Comprobamos que la enseñanza filosófica se  organiza y extiende al mismo tiempo que la democracia. Las dictaduras y los totalitarismos la prohíben o desvían su vocación para la libertad. La “Declaración de París por la Filosofía”,adoptadas por los participantes en las jornadas internacionales de estudio “Filosofía y democracia en el mundo” organizadas por la UNESCO el 15 y 16 de febrero de 1995, tiene razón en subrayar que “la educación filosófica, forma espíritus libres y reflexivos, capaces de resistir a las diversas formas de propaganda, de fanatismo, de exclusión y de intolerancia, contribuye a la vez, y prepara a cada uno para asumir sus responsabilidades frente a las grandes interrogaciones contemporáneas, especialmente en el dominio de la ética”. Este texto importante, que merece ser largamente difundido, igualmente llama con razón a que “el desarrollo de la reflexión filosófica, en la enseñanza y en la vida cultural, contribuya de manera fundamental a la formación de ciudadanos, ejercitando su capacidad de juicio, elemento fundamental de toda democracia”.

Debemos concluir en la autonomía de la filosofía. Escuela de libertad, ella no podría ser obligada a sostener ningún régimen político ni ninguna ideología. La filosofía no cesa de someterlo todo a un examen crítico- comprendiendo con él su existencia y sus métodos.
He aquí sin duda el elemento que más aproxima la filosofía y la democracia: una misma capacidad de criticarse a sí misma. La filosofía se pone en cuestión continuamente. Ella apuesta sobre la fecundidad de su duda. Este no es el caso de los dogmas. La democracia se interroga sobre ella misma. No vacila en subrayar sus propias debilidades. Este no es evidentemente el caso de las dictaduras y los totalitarismos. El lazo entre filosofía y democracia no se encuentra entonces en la superficie, en el juego de las opiniones y la multiplicidad de las palabras disonantes. Reside en el hecho fundamental de que ellas alientan la crítica en el respeto a la dignidad del otro. Ellas inician a cada uno para ejercer su capacidad de juicio, a elegir por si mismos el mejor modo de organización política y social, a encontrar sus propios valores- en suma, a devenir lo que es: un ser libre. En medio de los peligros no tenemos otra esperanza.

Federico Mayor
Director general de la UNESCO

Prefacio del  libro: FILOSOFIA Y DEMOCRACIA EN EL MUNDO: Una encuesta de la UNESCO/ Roger-Pol Droit.


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